miércoles, 16 de abril de 2008

Por qué se derogó el trasvase a Valencia y se aprueba el de Barcelona

CON AGUA DEL EBRO

Por qué se derogó el trasvase a Valencia y se aprueba el de Barcelona

El trasvase a Barcelona es de emergencia y sólo temporal. El de Valencia y Murcia iba a ser estable y el agua trasvasada no sólo habría sido utilizada para beber.

PÚBLICO.ES - 15/04/2008 23:23

Una de las primeras medidas que Rodríguez Zapatero adoptó tras llegar al poder en 2004 fue la derogación del trasvase del Ebro, que iba a abastecer de agua a Valencia, Murcia y Almería. Nació en ese momento una nueva cultura del agua, dispuesta a apostar por la desalinización y el ahorro y no por los trasvases.

Cuatro años después, una de las primeras medidas del segundo ejecutivo que preside Zapatero es aprobar un trasvase de agua del Ebro a Barcelona. Es una contradicción aparente que se diluye cuando se estudian las diferencias entre ambas actuaciones. El trasvase a Barcelona aprovechará aguas sobrantes de los regantes de Tarragona y no tocará el caudal del río, será temporal (hasta que se acabe de construir una desaladora) y, lo más importante, transportará agua que sólo se utilizará para beber.

El trasvase planificado, defendido e incluso iniciado en la época de Aznar con destino al levante y sureste peninsular era una obra de gran envergadura y se concibió como la solución definitiva a la sequía. Además, iba a arrebatar 1.000 hectómetros cúbicos al Ebro, poniendo en peligro sus ecosistemas. En cuanto al destino que habría corrido el agua trasvasada, no sólo se utilizaría para beber: también para otros usos, como el agrícola.

Diferencias entre el trasvase derogado a Valencia y el aprobado a Barcelona

Una solución provisional frente a una definitiva

El trasvase a Barcelona es provisional y de emergencia. El agua se dejará de bombear por la cañería (que no se desmontará) cuando la sequía remita o Barcelona tenga otras vías de abastecimiento (la desaladora que abastecerá la ciudad se abrirá en la primavera de 2009). Después se dejará de bombear y sólo se volverá a hacer en caso de emergencia y de que lo acuerden Madrid y Barcelona. Por el contrario, el PHN era una obra estable.

El agua para Barcelona, sólo para beber

En otoño se prevén restricciones en Barcelona si no llueve o llega agua extra por alguna de las vías previstas. A partir de ahí podrían empezar los cortes para el uso doméstico. Se trata de traer agua potable, no para uso agrícola u otros como preveía el PHN. Hace 17 meses que no llueve como debería hacerlo en Barcelona y los pantanos están en el umbral de la máxima emergencia.

Tirar de excedentes o del caudal del río

A diferencia de lo que preveía el PHN, en el caso de lo que se acordó ayer en la Generalitat las medidas para Barcelona no repercutirán en el caudal del río, pues el agua sobrante de los regantes volverá al río gracias a un mejor uso de los regadíos del Delta. En el PHN se sacaban del Ebro más de 1.000 hectómetros cúbicos, una medida que amenazaba sus ecosistemas.

La Generalitat asume gran parte del coste

Las obras de prolongación del minitrasvase del Ebro desde Tarragona hasta Barcelona y que conectarán la cuenca del Ebro con la del Ter-Llobregat las pagará la Generalitat. Al ser competencia del Estado será éste quien adelante el dinero, pero después se descontará de la inversión en infraestructuras para Catalunya. Los 24 millones para mejorar regadíos los debe pagar el Estado.

De una pequeña obra a un plan faraónico

La opción acordada ayer entre el Gobierno de la Generalitat y el del Estado es cara. Va a costar entre 170 y 180 millones de euros por las prisas. Es mucho más de lo que habría costado trasvasar el Segre (unos 45 millones) para paliar la sequía que sufre Barcelona. Pero nada que ver con el Plan Hidrológico Nacional, una obra faraónica que habría costado al Estado 3.777 millones de euros.



1 comentario:

PROGRESSISME dijo...

Coincido plenamente contigo. EN MI BLOG tengo un artículo que te da la razón. Te espero en él.Un saludo desde Onda.